domingo, septiembre 11, 2005

Ese pequeño niño rubio...



La primera vez que lo leí no me enteré de nada, pregunté a mis padres y me dijeron que era un libro que nunca se dejaba de leer, que debía leerlo varias veces en mi vida, y que cada vez que lo leyera tendría una reacción diferente al terminarlo. Bien, tras el intento de mis 7 años, hace unos días que he vuelto a leer 'El Principito', y he de reconocer que es difícil decir tanto en tan poco, nombrar tantas características en tan poco espacio, y aún así, dejar entrever una gran moraleja. Sencillamente genial. Mención especial recibe la dedicatoria del libro, leedla.

Hoy en día quizá no tenga mucho mérito lo que Saint-Exupéry hizo con su Principito, pues tenemos varios autores que se dedican a hacer obras parecidas como churros y que no le llegan ni a la suela del zapato (piénsese en Bucay y Coelho), pero pensando que fue el primero (o uno de los primeros) en realizar una obra de este tipo, todavía sigue creciendo en importancia. Todos los que hemos leído 'El Principito' hemos querido ser ese metafórico aviador anónimo que sufre una avería en pleno desierto, y en cierto modo todos los somos, sólo tenemos que encontrar nuestro Principito particular.

Un abrazo.

1 Comments:

Blogger Don Mendo said...

Qué comentarios más raros tienes, hijo.

Yo tendré siempre en mi memoria a ese chaval que se entretenía dibujando cosas,y luego cuando las enseñaba nadie sabía lo que eran.

Una obra maestra de sensibilidad, y de magia bien entendida.

Citarlos en el mismo post que a los chupatintas de Bucay y Coelho debería estar prohibido.

:P

9:39 p. m.  

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