Los mejores inventos de la humanidad (I): El yogur de limón...

Siempre hay cosas que para tí son especiales: porque te gustan mucho, porque te traen recuerdos, porque lo pasas bien... en fin, que hay cosas, que aunque para el resto de la humanidad sean ínfimas, para tí suponen un fabuloso mundo a descubrir (o ya descubierto). De esas cosas quiero hablaros en esta serie de posts que hoy empezamos, de esas pequeñas cosas que hacen el mundo (mi mundo) un poco mejor.

No podíamos empezar con otro objeto que no fuera éste que he elegido: el yogur de limón. Bien saben mis allegados lo fan fatal que soy de este producto, me pirra el yogur de limón, me pierde, y por eso, voy a dedicarle un hueco en este mi espacio personal.

El yogur de limón entra en mi vida cuando un buen día mi madre decide que 'ya me he hecho mayor' y debo pasar de los Petit-Suisse a los yogures (que son de niños mucho más mayores, donde va a parar), pues bien, el primer pack de yogures que entra en mi casa es ese de Danone que tiene 8 yogures, de los cuales 4 son de fresa y 4... de limón! guau! Jamás olvidaré la primera vez que probé ese yogur... ese sabor entre cítrico y dulce... es muy refrescante, y te proporciona un sabor similar al de fresa, pero con un toque más fuerte que lo convierten en un verdadero manjar de dioses.

Como esto, pues también soy fan de: el helado de limón, el mousse de limón, la tarta de limón, los chicles de limón (¿donde han ido a parar?), la limonada, la Fanta de limón, comerme el limón a bocados y... la más extraña costumbre de mi tierra: en Semana Santa es tradición coger un limón cascarúo, con mucha cáscara, que es de sabor más fuerte si cabe que los demás, se abre, se le echa sal gorda... y a pegarle mordiscos, con cascara y todo. Es difícil de encajar para la gente que le de un poco de repelús el limón, pero para mí es un vicio...

Próxima entrega: Todavía la estoy pensando...

Salu2.