sábado, enero 28, 2006

Munich, 1972...

Es difícil criticar u opinar de una película cuando se acaba de salir del cine, pero con la ropa aún mojada del diluvio que me esperaba a la salida os escribo esto, porque desde luego es una película merecedora de ello, de esto, y de mucho más.

Cuando todo apuntaba a que 'Munich' iba a ser la nueva obra maestra del ya de por sí maestro Spielberg, llegó la fecha del estreno, y no sólo se confirmó, sino que superó con creces el calificativo de 'obra maestra' y paso a ser algo mucho más grande. Una película sobre la venganza es un proyecto muy arriesgado, y una pelicula sobre la venganza, y que además incluyan a israelíes y palestinos podría facilmente ser considerada de 'bomba de relojería'. Pero no hay nada imposible para Steven Spielberg.

Siendo sincero, nada de lo que diga de éste director será nuevo, y tampoco será comparable a lo que nos ha brindado con esta película. Spielberg es, simple y llanamente, un director inconmensurable, genial, magistral, que dota a esta película de una fuerza visual y de un ritmo formidable, tres horas pegado a la butaca sin pestañear no se consiguen con cualquier golpe de cámara. La película es una bofetada a la moral de todo ser humano medianamente cuerdo, un canto a la paz, una crítica a la violencia sin sentido, y sobretodo un toque de atención al ser humano, el unico animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Por cierto, la escena de Eric Bana con el padre de Louis ('Puedes llamarme Papa'), es muy muy similar a la conversación sobre los calcetines entre Morgan Freeman y Clint Eastwood en 'Million Dollar Baby', piedra angular de la narración, que deja entrever grandes características de los dos personajes, y del colectivo que representan.

Janusz Kaminski adquiere, con este trabajo, la categoría de maestro, mostrando fotografías dispares (lo que puede descolocar al principio) según las ambientaciones de la película, pero todas, y repito, todas, dignas de la maestría más absoluta. Ya lo demostró con 'La Guerra de los Mundos', mostrandonos unos paisajes desoladores, unas ciudades destruidas realmente bellas, pero la fotografía de esta película otorga a la narración una atmósfera realmente intrigante, al más puro estilo del cine negro y de intriga.

John Williams es otro fiel a los proyectos de Spielberg, y como no podía ser de otra manera muestra una partitura que, aunque se muestre discreta en el relato, es muy efectiva y realmente bella. La música aparece cuando se la necesita, y colabora al ritmo de la película con cortes dignos de las mejores películas de intriga, los mejores thrillers y sin duda, el mejor Williams. Mención especial merece Rick Carter, el director artístico de la película, también colaborador de Spielberg en otros proyectos, que nos hace llegar a creer que Spielberg ha tenido esta película escondida 33 años y que la grabó mientras los sucesos tenían lugar allá por el año 1972 y posteriores.

En fin, una obra maestra más del maestro Spielberg, acompañado una vez más del maestro Williams y que con la colaboración del gran Janusz Kaminski y de una dirección artística de las que hacen mella, nos traen una película que no dejará indiferente a nadie. Una película madura, una película comprometida, una película valiente, y en definitiva, una película necesaria e imprescindible.

Al salir del cine lo he pensado, y os lo escribo aquí. Después de haber visto las que parecen ser las dos claras favoritas a los Oscar (la de los vaqueros por la crítica y ésta por mí), debo deciros que si de mí dependiera, 'Munich' sería la gran ganadora de la noche, pues, en ninguno, y sí, he dicho bien, en ninguno de los aspectos nominables, puede siquiera 'Brokeback Mountain' hacer sombra a una película como ésta. Ésto sí es arriesgado, ésto sí es transgredir las mentes de los académicos norteamericanos, y no lo que el taiwanés Ang Lee y su pareja de vaqueros se identidad sexual dudosa pretenden colarnos como obra maestra.

Un saludo.