miércoles, abril 05, 2006

¡Qué tendrá Marbella!...

¡Qué tendra Marbella!
¡Qué tendrá la costa!
Que todo el que llega,
allí se coloca...
Que sabios fueron Los Chichos (en esta y otras cosas) al cantar estos versos por la geografía mundial. Sentaron precedente en el mundo de la clarividencia, y en cierto modo fueron los primeros en avisar que allí ya se estaba acumulando mucha gente... y eso era por algo.

Ya tuve mi primera experiencia en la crítica municipal en otro artículo, y esta es mi segunda incursión en este escabroso terreno. Mi texto viene a colación de la archiconocida Operación Malaya, llevada a cabo desde hace unos días en Marbella y que se ha saldado con 24 detenciones (hasta ahora) y más de 2.400 millones de euros en bienes incautados, pero como diría una profesora mía: 'eso sólo son datos'.

El verdadero tema está en que todo el follón que se ha montado no es para nada nuevo. En ansias de conocer que había pasado el mismo día del inicio de dicha operación, tuve que recurrir a Aquí Hay Tomate (lo sé, no es la mejor opción, pero era la única en aquel momento) para enterarme de algo. Durante la emisión, se sucedieron numerosos vídeos sobre Marbella, con una frase que, si bien al principio me chocó y me indignó, pasados unos segundos de meditación sobre ella me pareció una de las cosas más sensatas que se podían decir en ese momento. La frase en cuestión era 'Marbella paga lo que ha consentido'. Y nada más cercano a la realidad.

Navegando por la red he descubierto varios blogs pro-Marbella, que se empeñan en decir que no es tiempo para echar las culpas al pueblo de Marbella sobre lo que votó hace tiempo en elecciones, que el pasado permanezca en el pasado, y que lo que hay que hacer es intentar solventar los problemas todos juntos. Pues bien, respetando esa opinión, creo que es bastante acertado que se critique al pueblo de Marbella por esto. Sí, y yo vivo allí. Desde que Gil se presentara allá por el año 1991 a las elecciones y ganara por mayoría aplastante, ya hubo un pequeño resquicio de vecinos que se dieron cuenta de que Gil no era trigo limpio. Con el tiempo ese grupo de vecinos creció, y con el paso de una a otra legislatura y de uno a otro alcalde, se hicieron ruidosos, y pretendían abrir los ojos al resto de vecinos que, cegados por las cuatro flores y dos calles bien asfaltadas que colocó Gil, le seguían cuales borregos al matadero.

Se han dado casos peores. Personas a las que se les evidencia del robo de caudales públicos, de extorsión, de tráfico de influencias que se lleva a cabo en el Ayuntamiento, y cuya respuesta a todo ha sido: 'A mi me da igual que roben mientras Marbella esté bonita'. Éste no es el espíritu. Desde luego con opiniones así no se entiende que en estos días la gente de Marbella se sorprenda por las operaciones que se llevan a cabo, por la fuerte presencia policial, en general, por el kilombo que se ha montado en la ciudad costera. Marbella, para lo bueno y para lo malo, es un pueblo, y como pueblo que es, se sabe, así que nada de esto nos ha pillado de nuevas a los que de verdad teníamos conciencia de lo que estaba pasando.

Es cierto que al pueblo de Marbella se le ha engañado como al que más, se le ha vapuleado, se le ha criticado, y todo por intentar velar por sus propios intereses, por creer que Gil y los demás que han venido después eran lo que Marbella necesitaba, sin ser conscientes de lo que en realidad se estaba haciendo, pero también hay que destacar que hubo gente que esto ya lo anunció, gente que presentaba pruebas, y gente a la que en su día se le recriminó, y fue objeto de malas acciones por parte de los palmeros del GIL. Está feo decir esto en situaciones tan peliagudas como estas, pero igual que ellos acuden al victimismo barato, hay gente que puede rebajarse aún más, ponerse a su altura y decir con todo tranquilidad: os lo advertí.

Un saludo!

2 Comments:

Blogger Teniente Colombo said...

Olé ahí.

8:33 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo soy de Estepona... y en este caso, se podría aplicar el refrán ese de las barbas... que mas de uno las debe estar poniendo a remojar... que mucho Estepona, ciudad del periodismo, pero vaya tela que hay aqui escondida también...

12:58 a. m.  

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