viernes, noviembre 24, 2006

Por el camino de los Ingleses se puede llegar a cualquier parte...

Bueno, os cuento. En lo que concierne a la película, os digo que me ha gustado mucho, es una película algo arriesgada, valiente, pero que si se le coge el puntito, se disfruta muchísimo, con una música y una fotografía muy buenas. Es muy bonita, muy triste, muy sincera, no sé, a mi personalmente me ha parecido una historia preciosa. Ya me he comprado la novela de Antonio Soler (que es malagueño).

Antonio Banderas (malagueño de pro) a la dirección se ha portado medianamente bien, más que por la dirección en sí que esta muy correcta con algunos puntitos de lucidez muy buenos, porque al ser un proyecto tan personal suyo se recrea demasiado en algunos pasajes y escenas que dan un ritmo más lento de lo que debería a la película.

Los actores están muy bien, quizá el hecho de que no vea 'Mis Adorable Vecinos' me haya hecho creerme a Alberto Amarilla como un Miguelito Dávila del 78, pero a mi me parece que todos lo hacen muy bien, en especial Raúl Arévalo, al que ya en la rueda de prensa un par de periodistas le asignaron el Goya Revelación de este año. Mención especial reciben los ya curtidos Juan Diego, Victoria Abrial (en un personaje que me subyuga completamente) y un inmenso Lucio Romero (otro malagueño) en el papel de abuelo del personaje de Raúl Arévalo. Fran Perea es otro que tiene un personaje muy interesante, que me hubiera gustado que se desarrollara más, pero con este muchacho interpretando... mejor así.

Comenzamos a hora con los dos puntos fuertes de la película: Antonio Meliveo (malagueño también) ha hecho una partitura para esta película realmente bonita, sencilla, sin demasiado artificio que le da un aire de tranquilidad y estar que hacía tiempo que no veía en una película, en ningún momento podía imaginarme la película con otra música más apropiada. Y elegir a los Who para meterlos en la banda sonora, también ha sumado puntos, jejeje. Xabi Giménez es otro que también se lo ha currado, el director de fotografía ha sabido plasmar muy bien, con muchísima belleza lo que Banderas quería de esta historia, porque la fotografía es realmente bella, incluso en esos momentos particulares en los que requiere un esfuerzo extra.

Creo que no me dejo nada más en el tintero. Solo recomendárosla, que vayáis al cine a verla, que si se le pilla el punto se disfruta mucho, porque es una película que lo mejor que tiene no es verla, sino pensar en ella días después.

Un abrazo!

P.D. A destacar también de la mañana que pasé en el Teatro Cervantes el maravilloso dossier de prensa de la película, que ha pasado a ser desde este momento el más bonito de mi colección (que no es pequeña), sin ninguna duda. Y cómo no, ese cocktail con su jamoncito, su lomito en salsa, sus canapés de bacalao y vino de la tierra. ¡Hay que ver cómo cuidan a la prensa!

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