Peliculón...

Como un gran filósofo dijo: 'Hace que 'Blow' parezca una puta fiesta de cumpleaños'.

You can't stop the beat!...

Escéptico me hallaba durante todo este tiempo pues una adaptación musical de una película del rey del cine trash John Waters podria ser tan friki que no sabría distinguir si me hubiera encantado o me hubieran dado ganas de pegarme un tiro. Yo ya de por sí soy bastante friki, no lo niego, pero temía que este musical me sobrepasara, rozara el absurdo, el esperpento, el engendro y se quedara en una más de las múltiples adaptaciones de musicales de Broadway a cine fallidas. Pero podéis estar tranquilo, porque no es así.

'Hairspray' es un verdadero caramelito para cualquier amante del musical mas desenfadado y adrenalínico: número musicales sin descanso, bailes frenéticos y una estética colorida y atractiva todo ello a merced de una brutal banda sonora, pegadiza a más no poder y que hace que estés moviéndote en la butaca desde el principio hasta el final.

Shankman realiza una labor de adaptación algo más elaborada que, pongamos como ejemplo, Susan Stroman en 'Los Productores' y se agradece mucho. La libertad de movimiento y coreografía de los actores y bailarines da mucha más vistosidad a la película y permite elaborar unas escenas mucho más ricas en planos y demás, pero no os aburro demasiado.

Los actores estan soberbios. El gran descubrimiento de la peli, Nikki Blonsky, lo borda, el elenco de jóvenes pipiolos encabezados por un divertidísimo James Mardsen, un justito Zac Efron, Amanda Bynes y Elijah Kelley están que se salen, y no son menos los más experimentados como Queen Latifah, un irreconocible Christopher Walken y la preciosa Michelle Pfeiffer. Mención especial para John Travolta, convertido en toda una señora entradita en kilos, sin duda, el personaje más divertido de la película.

No quiero terminar sin hacer la obligada comparación con el original. La película de John Waters era mucho más políticamente incorrecta, mucho más gamberra, y Divine era mucha Divine, en esta la historia es más simple que el mecanismo de un botijo, el guión tiene algunos trucos que pueden llegar a desconcertar pero, ¿qué importa eso cuando lo que estás deseando es levantarte y ponerte a bailar? 'Hairspray' es, sin duda alguna la película más divertida del verano, y muy probablemente, del año completo.

La autarquía marbellí...

Desde hace semanas vengo escuchando cosas en las televisiones locales que me hacen suponer de la tremenda situación de autarquía que vive Marbella (y de la que me alegro sobremanera) aunque se empeñen en hacernos creer lo contrario.

Desde que la nueva corporación tomara el mando en el ayuntamiento, y ya durante la última etapa de la Gestora, se podían entrever una creciente celebración de eventos, algunos con una base fundada, otros directamente porque sí, en los que políticos, afines y simpatizantes del gobierno municipal se dedican a agradecerse, alabarse, condecorarse, abrazarse, besarse y darse palmadas en la espalda mutuamente mientras se hacen eco de los supuestos logros que se han hecho en materia de restitución de la imagen de la ciudad, cuando no directamente se lamentan de lo mal que se han portado con Marbella.

Esta claro que los medios han dado de lado a Marbella. Ya no puede hacerse más leña del árbol caído. Lo que comenzó con Gil en los primeros 90 y continuó con Julián 'Cachuli' Muñoz en el nuevo milenio, ha acabado terminando con la Operación Malaya hace apenas unos meses y con las elecciones de Mayo. Y eso ha dejado a la nueva corporación sin cámaras ante las que ponerse, sin declaraciones que hacer y sin público al que deberse.

Ahora inventan este ramillete de celebraciones televisadas por la emisora municipal, mandan representaciones a los más prestigiosos saraos veraniegos y se preocupan de estar, al igual que rezaba la CNN, allí donde esté la noticia. ¿Para qué? Para poder seguir diciendo a sus conciudadanos qué bien que han hecho ellos mismos en restablecer la normalidad, la legalidad y el sentido común en Marbella. Y todo esto, por supuesto, desde la televisión municipal, no lo olvidéis.

Y es a estas alturas del verano cuando aparece en mi mente uno de los grandes personajes filósofos de finales el siglo XX, un ejemplo para millones de personas, una personalidad a adoptar y, en definitiva, un espejo en el que mirarse: el Sr. Lobo, que además de resolver problemas, decía:

"No empecemos a chuparnos las pollas todavía"

Pues eso.